El trabajo no lo es todo: considera tu cuidado personal

El trabajo no lo es todo: considera tu cuidado personal

Por Tania Langarica

La pandemia también ha traído cambios en relación al estrés y ansiedad laboral, tanto como un despertar de consciencia sobre el tiempo y energía que le invertimos a nuestro trabajo. ¡Pon la lupa en tu cuidado y bienestar personal que sólo así puede funcionar lo demás! Aquí te exhortamos a no descuidar tu salud, mientras te contamos por qué tantos trabajadores a nivel mundial han vuelto a pensar en sí mismos desde la pandemia, a pesar de su apretada agenda laboral.
Los eventos traumáticos suelen hacer que las personas revalúen sus vidas y metas
describió David Frayne, sociólogo y autor de The Refusal of Work, en una entrevista para el New York Times.
Hoy en día esta reflexión parte de hechos: muchas personas a nivel mundial están dejando sus empleos.
Si bien el análisis de sus causas no es sencillo, sí encontramos una motivación ganadora a la hora de sumar todas las precariedades laborales que se perpetúan desde hace años en múltiples campos de trabajo y se trata de las repercusiones que la pandemia acarreó.
Pensemos cómo, desde varios puntos que afectan al trabajador, las condiciones laborales han empeorado desde la crisis sanitaria: horarios menos delimitados debido al trabajo remoto, la evidente necesidad de prestaciones mal establecidas en buen porcentaje de los contratos, pocas atenciones para el personal en áreas de servicio en cuanto al contacto con los clientes y gastos extra para quien malabarea con el cuidado de los hijos durante el periodo en el que cerraron las escuelas, entre otros.
Estos motivos emergentes no son lo único que podríamos señalar como generadores de un cambio en la consciencia del empleado, también la distancia abrupta que tuvo que ser adoptada durante los pasados dos años entre el medio de trabajo y el trabajador ha creado un nuevo espacio de reflexión en el que el intercambio esfuerzo-remuneración no rinde cuentas tan notables.
Es así que Farhad Manjoo, periodista de NYT y especialista en política y tecnología, apunta unas cifras impactantes en su artículo No somos nuestro trabajo, pues si atendemos el número de personas que han renunciado durante este agosto, en Estados Unidos, el número es de 4.3 millones. En esta parte del mundo, hay una escasez de trabajadores que ha obligado a los empresarios a replantear sus políticas y aumentar los sueldos.
Cuando atendemos las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de nuestro país, podemos ver que en Ecuador ha habido un incremento en la tasa de desempleo desde mayo del 2021 sumando 537, 958 personas sin trabajo, aunque las causas de ello contrasten con las del vecino del norte. Voluntaria e involuntariamente, el cambio en la actividad económica desde la pandemia, es clara a nivel mundial.
A pesar de que al día de hoy 111, 000 ecuatorianos tienen un nuevo empleo según las cifras del diario El Universo, los altibajos en la tasa de desempleo generan varias preguntas. ¿Qué podríamos mejorar para generar una economía más estable?
Hay algo muy importante que poco es considerado a pesar de que afecta directamente al tema y se trata de las necesidades y condiciones de dichos trabajadores. Ofrecer las prestaciones laborales básicas favorece el desarrollo de cualquier empresa en vez de amenazarla, pues asegurar el bienestar de las personas que constituyen la fuerza de trabajo es asegurar mejores resultados para cualquier iniciativa.
Este artículo busca subrayar dicho factor: tenemos que ser justos con las personas con las que colaboramos cuando también con nosotros mismos. En vista de que los cambios radicales pueden suceder de la noche a la mañana, dejar en segundo plano nuestro cuidado personal o el trato justo hacia nuestros colaboradores no es una opción tan rentable.
Entonces bien, en cualquier lugar de la cadena de producción y servicios, una guía de cuidados personales será lo primero a revisar en nuestra rutina laboral. De manera que, nuestras actividades remuneradas incluyan lugar para esta o la faciliten de alguna forma. Un ejemplo de ello será que nuestras ganancias puedan contemplar la inversión en un Seguro de salud, cubriendo lo más vital para nosotros y las personas que nos importan; garantizando que nuestra salud no estará en juego.
Hemos aprendido suficientes lecciones durante el transcurso de estos años que han sido eclipsados por la crisis mundial. En el futuro, de haber un esfuerzo desde ambos lados de la mesa, podríamos generar condiciones más favorables para todos. Y si no, al menos nuestra personal determinación de no perder la mira en nuestra integridad, salud y familia, encabezará la lista de objetivos, logrando poco a poco modificar las relaciones que generamos con el empleo.
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