¿Qué sigue después de la vacunación?

¿Qué sigue después de la vacunación?

Por Tania Langarica

A principios de este mes, parte muy importante de la población, el grupo de tercera edad pudo acudir a la administración de la tercera dosis. Esto quiere decir que han pasado ya seis meses desde su segunda toma, cuando también significa que podemos dar un hondo respiro y seguir adelante.
La diferencia se percibía desde la puesta de la segunda toma, una sensación general de tranquilidad se siente entre la gente. No son pocos los testimonios de las personas que después de completar el esquema básico de vacunación manifestaron un alivio del tamaño de dos años de espera y el deseo por cambiar algunas restricciones que acataron cabalmente.

Tiene sentido. A pesar de que la vacuna es una protección parcial contra el virus, vivir con la incertidumbre del contagio sin poder protegerte demasiado, ha sido tan desgastante como nocivo para la salud física y mental. 

Mermaron las actividades laborales pero también las lúdicas y nuestro cuerpo adquirió un nuevo ritmo; mermaron las relaciones sociales y con ello nuestras emociones también se vieron afectadas. Es por ello, que la aplicación de esta tercera dosis, sobre todo para la población más vulnerable, representa una luz muy brillante en el túnel, aún en el conocimiento de que no se trata de una victoria y que los cuidados tienen que prevalecer en nuestros hábitos básicos. 

Ahora que estamos frente a la tercera aplicación, se ven lejos esos días en el que hacer cualquier cosa representaba un alto riesgo pues la mayoría de la población no contaba con la vacuna. Una vez portadoras y portadores de la última dosis (hasta ahora anunciada), podemos replantear la ruta, reconsiderar la rutina y hacer un examen de consciencia para soltar todos los miedos que se fueron acumulando antes de este momento.

La sugerencia es que te tomes en serio el siguiente paso y cierres el ciclo en el que reconoces cómo has cumplido con las prevenciones dentro de tus posibilidades. Antes bien, asegúrate de tener el certificado de esta tercera dosis porque será muy útil, en adelante, tenerlo a la mano. 

Además de que queremos que no olvides esta parte del proceso y por eso te dejamos el enlace de consulta para el certificado, cuando decimos replantear la ruta, nos referimos a algo parecido a un chequeo personal que te ayudará a reforzar y tener en cuenta los cuidados que siguen:

1.- Regálate experiencias, pero con cuidado
Muchos de nosotros trazamos bien los límites sociales para no dejar demasiados polos descubiertos, pero esto a la larga tampoco ha resultado saludable. Estás en ese momento en el que puedes destensar un poco el cordón sin bajar la guardia. Estás protegida o protegido y reconocer que muchas personas más a tu alrededor también, te hará bien.

Una familia conformada por mujeres de la tercera edad canceló todas sus salidas innecesarias durante el tiempo que pasaron sin vacuna y una vez que fue vacunada hasta la última de ellas, decidieron volver a su arraigada costumbre de no cocinar los domingos y salir a comer. Este tipo de cambios que parecen insignificantes también contribuyen a procurar la salud mental y el bienestar emocional, por lo que, claro, valen la pena.
2.- Siéntete seguro, pero asegura tu salud
El miedo es bueno cuando es útil. Es decir, sólo en el caso de que el miedo a enfermar nos lleve a prevenir, tiene sentido. Ahora que estás parcialmente protegida o protegido, tu miedo debe reducirse sin espacio a la imprudencia. Sin embargo, el lugar que le damos en nuestras vidas al temor de contagiarnos o contagiar a alguien cercano, puede ser contrarrestado con nuevas prevenciones como la contratación de un Seguro de salud.
3.- Rutina sana y revisiones periódicas
El año pasado aprendimos a valorar verdaderamente lo que cuesta nuestra salud y sin minimizar el precio económico, el dinero es lo menos cuantioso en este tema. Por eso, este punto es un recordatorio para aquellos días en los que no tengas energía para cocinarte o seguir una dieta saludable por cansancio o flojera; recuerda lo bueno que es para ti priorizarte al menos con estas acciones diarias, el alto valor que tiene tratarte con atención y cariño, comiendo bien, haciendo ejercicio, y mimándote con las cosas que te gustan.
Por otro lado, si ya contrataste un seguro de salud, este te dará la cobertura necesaria en caso de necesitar cuidados y atenciones especiales al haber un diagnóstico previo o una enfermedad confirmada.
¿Qué sigue entonces? La respuesta es reconocer la fortuna de estar aquí, habitando nuestro cuerpo, y logrando procurarnos diario, a nosotros y a nuestros seres queridos.
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